Yo creo que te ví cortando flores,
yo creo que te ví cortando flores,
como aquél niño, el hijo de María,
le da un regalo a su novia Simona
que luego besa parada en una esquina.
Yo creo que te ví cortando flores.
-No quiero el peso del mundo, de la vida,
no quiero el peso del mundo, de la vida-,
le dije a un árbol tan verde que verdea,
bajo su sombra fumando puro negro,
que con su brisa sintió mi pena tierra.
-No quiero el peso del mundo, de la vida.-
Le hizo cosquillas lo frío del rocío,
le hizo cosquillas lo frío del rocío,
en su nariz de punta de paloma,
y su estornudo tan preso de alegría
rompió el silencio del eco de la broma.
Le hizo cosquillas lo frío del rocío.
Visto que el hombre no tiene más remedio,
visto que el hombre no tiene más remedio,
hoy dejo todo cubierto de agonía,
pues todo amor posible se ha acabado,
y en cada puerto recuerdo que reía.
Visto que el hombre no tiene más remedio.
Recuerdo todo teñido de pasteles,
recuerdo todo teñido de pasteles,
la luna clara, el cielo, los amores.
Mas mi pincel cayó de la piragua
y ahora llena el río de colores.
Recuerdo todo teñido de pasteles.
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